Llegada con maletas {Noëlle Jenner}

Había llegado finalmente el día tan esperado de ingresar una vez más a Camp of Summer, había salido de casa al Aeropuerto rumbo a Miami donde cogí un taxi con mis dos maletas considerablemente grandes casi que rebosadas y por estallar de tanta ropa hasta las instalaciones del campamento y después de tanto esfuerzo estaba en la recepción. Dejé mis maletas a un lado y me acerqué a la mesa donde estaba la recepcionista, apoye mis brazos en  el mesón e inicie mi registro y el estruendoso ruido de una maleta que se había caído interrumpió ese momento, lo primero que pensé fue que alguien había chocado con ella o en su defecto la había dejado mal ubicada y el peso la había ladeado, así que me di medía vuelta para verificar que había pasado...

OFF ROL: Quien se anime bienvenido, pueden ser 1, 2, 3 los que se quieran apuntar   

Sabía que la decisión de entrar en un campamento era buena, necesitaba ocupar mis pensamientos en algo más que muerte, tristeza e incertidumbre, necesitaba gente a mi alrededor distrayéndome, quizás algunos rollos juveniles, dramas típicos de los veintiuno y problemas de la edad, no una constante tortura interna.
Pero aún con la convicción de estar en lo correcto, al llegar a la entrada del sitio sentí aquel pesar irrefrenable, el que me decía "estás reanudando tu vida, estás aceptando que estás sola, pronto comenzarás a olvidar sus rostros". Presioné mis labios con fuerza para alentarme.

El viaje no había sido muy largo, sólo un vuelo de un par de horas y luego el taxi, de todos modos mis piernas se sentían débiles, como temblorosas. Sacudí la cabeza, obligándome a concentrarme en el lugar, en lo positivo, en quién yo era.. mi fortaleza. Sólo estaba flaqueando, ya pasaría.
Entré a la recepción, pero me detuve unos cuantos pasos antes del mostrador principal, pues el temblor se estaba volviendo algo más intenso. Detuve mi par de maletas con ruedas a ambos lados de mi, pero lo gordas que estaban por como las había cargado hizo que una de ellas se volteara. La verdad fue que la dejé así, tenía la prioridad de encontrar mis pastillas, las pastillas mágicas que me quitarían todo aquel malestar, aunque probablemente luego me afectara el estado semi-zombie que venía de efecto secundario cuando las tomaba. Busqué en el bolsillo de la maleta que aún se mantenía en pie, abriendo el cierre con manos poco seguras, hasta encontrar el frasco y la botella de agua.
Abrí el pote a rosca y puse una de las píldoras en la palma de mi mano. Guardé el frasco nuevamente y observé la pastilla por unos cuantos segundos, como si quisiera luchar contra ella, porque en el fondo sabía que no era buena.

Al darme la vuelta vi una mona con unos ojos únicos claros de los cuales me perdí por unos segundos mirándola fijamente cual mar hondo y reaccione cuando vi que la chica estaba sacando una pasta, de seguro no era medicina por alguna enfermedad con seguridad sería droga ilegal y eso me había asombrado un poco pues una belleza como ella estaba dañando su mente, su salud y toda su armonía femenina.

Su forma, sus movimientos, todo era tan sutil que no podría pasar por desapercibida en el recinto, no veía la forma para hablar con ella y tal vez evitar que se tomara esa pasta, así que algo nervioso pero con plena seguridad me acerqué y el corazón me latió a mil - ¿Tienes la necesidad de tomar aquella pastilla? -

No noté al chico que se había acercado hasta que habló, y sin necesidad de alzar la vista supe que se dirigía a mi, pues el tema de la pastilla era muy mío y tampoco había muchas personas alrededor.
- No lo sé.. - respondí en lo que fue casi un murmullo y dejé por un instante de mirar mi palma para verle. Tenía buen aspecto, pero mi mente no podía concentrarse en mucho más que en convencerme de que me metiera de una vez por todas la píldora en la boca.

Dejé de aferrar el asidero de mi maleta de esa forma que parecía que si lo soltaba iba a caerme, para alzar la mano a la altura de mi cintura, paralela al suelo, y dejar que el chico viera cómo temblaba.
- Tu dime, ¿crees que la necesito? - agregué, apartando mi mano del frente y cogiendo con esta la píldora que sostenía en mi otra palma, para ponérmela en la boca y, después de destapar mi botella de agua, dar unos tragos bebiendo del sorbete.
En unos cuantos minutos me sentiría en aquella nube de indiferencia en la que ya no importaba nada.
Di un suspiro y sostuve la botella en mi mano, pues el antidepresivo hacía que se me resecara la boca, mientras que con la mano libre levantaba la maleta que se había volteado.

Lo miré perpleja cuando comenzó a decir todo eso, creyendo entender a qué se debía cuando oí sus últimas palabras. ¿Creía que estaba drogándome ahí a la vista de todos? Bueno, la píldora sí contenía drogas, pero ninguna ilegal. - Disculpa, ¿a qué te refieres con el efecto de hacerme perder? - le pregunté dejando en evidencia la sospecha en mi mirada. Bebí un poco más de agua y pensé que probablemente tuviera que mantener esto de las píldoras en secreto dentro de lo posible. Si la primera persona que lo sabía actuaba de este modo no quería ni imaginar los rumores que podrían llegar a correr. Tenía que aclararle de qué iba para que no anduviera divulgando cosas que no eran ciertas.

- Son pastillas que se venden bajo receta en cualquier farmacia, sólo me relajarán, es todo - expliqué articulando las palabras con claridad para que no diera lugar a malentendidos. Todo eso que dijo del intercambio de consejos e ideales no me aclaró mucho más la situación.
- ¿Eres un instructor? Puedo mostrarte la prescripción si es necesario - aseguré, intentando alejar los problemas, eran lo último que necesitaba.

Para fortuna mía al parecer todo era un simple mal entendido, me imaginaba que eran drogas alusinogenas tipo cocaina, crack o cualquier tipo de sustancia psicoactiva, todo lo entendí cuando me dio a saber que eran unos simples relajantes en ese momento me sentí como una bil pulga siempre pensando lo peor - Wow, disculpa la verdad me imagen otro tipo de pastillas droga o que se yo, un  mal entendido, como todo humano siempre pensando lo peor de las situaciones y no hay de que mostrarme formula ni nada, no soy prefects ni nada por el estilo solo verte en eso me llamó la atención además del ruido y bueno siempre imaginándome cosas que no son - Realmente me sentí como un estúpido pero no podía quedar ella con ese pensamiento de mi, después de unos segundos intenté arreglar la situación - bueno ya dejando a un lado los malos entendidos, lamento ser un grocero y no presentarme, mucho gusto soy Jean-Luc llámame lucas o como quieras decirme no hay lío - y le extendí mi mano para estrecharlas.

Me reí por su reacción, se notaba que se había puesto algo nervioso por el malentendido. La verdad es que me había hecho bien todo eso, su confusión me hizo olvidar por un momento que estaba llegando a un lugar nuevo y alivió mi temblor. ¿O había sido la pastilla? No lo creía, era muy pronto como para que sintiera el efecto. Asentí a su disculpa - No es problema, supongo que debería ser más cuidadosa con esto, no quiero pasar por una yonqui - me encogí de hombros esbozando una sonrisa amable.

El chico parecía simpático, todos nos equivocábamos, en especial cuando recién conocíamos a la gente.
- Bueno, fue un comienzo extraño, pero que bueno conocer a alguien. Soy Noëlle - estiré mi mano para estrechar la suya a modo de saludo. - ¿Jean-Luc? ¿eres francés? Mi madre lo era, pero no tienes acento - pregunté, devolviendo mi mano al asidero de la maleta y dejando mi botella de agua en el bolsillo de ésta, para comenzar a hacerlas andar hacia donde se encontraban las valijas que serían del chico, cuando vi aparecer a la recepcionista tras el mostrador.

- Un placer conocerte y yo soy de Inlgaterra, mis padres si son condescendientes de Francia pero nada que ver con migo - cuando la recepcionista nuevamente se asomó a preguntarnos con un estilo algo grotesco y burdo que si nos íbamos a registrar o si seguiríamos en la luna de miel. Obviamente fueron palabras bastante abusivas pero que se podía esperar de una señora de 56 años, menopauisica, arrugada y sin vida literalmente, sentí que en ese momento se me puso la cara caliente y de lo más seguro estaba rojo, fue algo incomodo que apenas nos conociéramos ya nos estuvieran echando bainasos, igual ignoré a la señora. Me acerque un poco al óido de Noelle y le susurré- Deberíamos irnos de aquí detecto una menopausica en el alrededor, tal vez después hagamos los registros cuando las hormonas de la vieja estén equilibradas - y reí

Asentí oyéndolo mientras nos encaminábamos y llegábamos junto al mostrador. - ¿Sabes hablar francés? - interrogué, sería interesante poder mantener conversaciones fluidas, además de usarlo como modo de que el resto no entendiera. Eso solía hacer con mis padres de pequeña cuando les decía algo de personas que estaban cerca nuestro, o para tratar algún asunto privado. Era divertido.

Al escuchar las palabras de la señora recepcionista mi gesto se transformó a uno completamente irritado, alzando el ceño disgustada, ¿cómo ponían para atender a los recién llegados a una persona tan falta de tacto en el trato? De inmediato oí el susurro del chico, pero si pensaba que una mujer pretendiendo impaciencia iba a poder conmigo, le faltaba conocerme bastante.
- No Jean, estamos aquí para esto, las hormonas de nadie van a lograr que deje de hacer algo - aseguré, viendo como el tono de piel del chico se había vuelto un tanto rojizo. Pues no era mi caso, no dejaba que la gente me incomodara - ¿Así intenta llenar su pobre vida, señora? ¿Intentando disgustar a la gente? Pues no necesita hablar, su rostro ya hace todo el trabajo. Denos de una vez los papeles del registro que bastante dinero pagamos para que nos traten con tanta desatención - solté las palabras con tenacidad y una dicción perfecta, para de inmediato verla moverse, no sin antes dirigirnos una mirada de resentimiento. En un minuto teníamos en nuestras manos los papeles.
- Hablando la gente se entiende.. - murmuré para Jean y reí, guiñándole un ojo divertida.

- Muy poco digamos que lo básico que uno debe saber del Francés pero tanto como para dominarlo digamos que NO. - en ese momento se me vino a la mente cuanto hubiera podido haber aprendido con mis padres siendo ellos de ese país pero no era momento de lamentar solo era un simple pensamiento pasajero. En ese momento Noelle le hablo bastante duro a la señora y en par de segundos ya nos habían entregado todos los registros pertinentes para andar libremente por el campamento. Realmente eficiente, quedé sorprendido realmente era una chica con carácter más que definido - Digamos que prefiero evitarme problemas, pero contigo me plazco decirte que eres una chica triple E, eficiente, eficaz y efectiva - esa chica aún tenía algo que me llamaba la atención mas que su hermoso físico, algo su forma era atrayente pero para saber con exactitud tendría que conocerla un poco más - y bueno ya teniendo todos los registros al día gracias a ti - sonreí - ¿te parece si vamos a tomarnos algo?.

Por pura casualidad se me dio por dar la vuelta y detrás mio había un minibar que estaba al servicio libre de los campistas y nosotros ya formábamos parte de eso grupo así que eramos libre de coger las bebidas que quisiéramos - ¿tal vez una cerveza? todo por matar el efecto de tus locas pastillas - le estaba ofreciendo una cerveza de aposta porque como buen estudiante de Medicina sabía perfectamente por más mínimo nivel de alcohol que se consumiera los efectos de los medicamentos se repelaban y esta no sería la excepción pero prefería quedarme con mi pensamiento y hacer la maldad o más bien un beneficio para su salud.